Post quirúrgico inmediato (6 semanas):
Inmovilización:
Usamos una férula de rodilla, almohadilla posterior, de 4 cm. de espesor, que se ubica a lo largo de la pantorrilla. También una talonera de silicona evitando con estas medidas la traslación posterior de la tibia. protegiendo de esta manera la reconstrucción. Marcha con muletas con apoyo parcial, por 6 semanas.
Rehabilitación:
Si tenemos claro que los dos grandes enemigos en la rehabilitación post-reconstrucción del LCP son la gravedad y los Isquiotibiales, podemos adelantar un programa seguro, disminuyendo las posibilidades de aplicar una tensión negativa en las estructuras reparadas.
El fortalecimiento del cuádriceps es la base de la rehabilitación en reconstrucción del LCP, ya que estabiliza la tibia dinámicamente y contrarresta la tracción posterior de los isquiotibiales.
Recordemos que los ejercicios de flexión de rodilla son estrictamente pasivos durante las primeras 8 semanas para evitar la actividad de los isquiotibiales.
El programa de carrera es iniciado después del cuarto mes postoperatorio. Se debe evitar ponerse en cuclillas, bajar colinas o rampas, así como movimientos súbitos de desaceleración por lo menos durante los primeros 6 meses.
2 meses
Ejercicios de cuádriceps en cadena abierta (camilla cuádriceps) y cadena cerrada (bicicleta estática, sentadilla) - ver Rehabilitación en Gimnasio.
3 meses
Comienza con ejercicios activos de los isquiotibiales, primero en forma isométrica (poleas hacia atrás) y luego en cadena abierta (camilla cuádriceps).
A medida que progresen pasará a ejercicios contra resistencia, ejercicios de propiocepción, natación, no estilo pecho.
4 meses
Puede comenzar con el resto de los ejercicios.